martes, 5 de junio de 2007

Televisión, fábrica de mentiras



Hace unos años se reunieron “3 grandes políticos” e hicieron una guerra. Supuestamente esa guerra iba dirigida a buscar unas armas de destrucción masiva. Nunca encontraron dichas armas, quizás porque las verdaderas armas de destrucción masiva no están en Irak sino en cada una de nuestras casas, centros de ocio, etc…
La verdadera arma que destruye, amorfa nuestras mentes y en alguna ocasión creemos que es hasta relajante es la televisión, que de forma paradójica algunas están controladas por los “amiguísimos” de los que hicieron la guerra.

Considero que la televisión es un arma de destrucción masiva, porque llega a desestructurar desde una familia a una sociedad, haciendo caer a los jóvenes en modas absurdas que no conducen a nada, más bien al perjuicio propio.

No tenemos que mirar fuera de casa para responsabilizar el fracaso escolar de los niños de hoy en día, los padres lo potencian poniendo un arma en su propia habitación, y si a todo esto le sumas que los padres tienen que trabajar gran parte del día, la propia televisión se convierte en cómplice de los padres, en algunos casos se salvan de pagar a una baby-sister, porque para eso ya esta el “Diario de Patricia”, “El polígrafo de la verdad”, las novelas de la primera etc… una programación muy apropiada para los niños y luego se preguntarán los padres, ¿Por qué suspende mi hijo? Cuando realmente la televisión está educando a sus hijos en unos valores promovidos por un sistema globalizado donde pisar al otro es lo importante y no el esfuerzo personal, las metas, los objetivos para conseguir unos propósitos.

En el mundo en el que vivimos se han perdido los valores humanos y nos encontramos ante un mundo materialista desde dónde existe o se fomenta el egoísmo hasta la xenofobia, cada vez hay más niños xenófobos ¿porqué?. Es una pregunta que nos deberíamos hacer, los niños van a tener que trabajar con personas de otras culturas, de otro color.
La televisión se está utilizando como medio de manipulación, donde se pretende transmitir unos valores adultos a los niños, que no son reales, pudiendo perjudicar estos valores en el desarrollo de sus capacidades intelectuales y personales.
Pensar que la persona que triunfa es la que tiene dinero y la que no lo tiene es un fracasado, es un claro error, influenciado por la programación televisiva.

Otro factor que tampoco se tiene en cuenta es que los valores sexuales transmitidos en determinados programas de televisión en horas de máxima audiencia pueden ser foco de posible rechazo de sexos, con todo esto pueden surgir el machismo, feminismo, homofobia…
Todo esto puede llegar a manipular el estereotipo de las personas, creando modas alimenticias perjudiciales para todos.

Por todos estos motivos y muchos más creo que la mala utilización y la excesiva manipulación de la televisión es una verdadera arma de destrucción masiva, capaz de convertir a una sociedad civilizada en radicalizada por la manipulación, destruir la inteligencia de los niños convirtiéndolos en borregos para que cuando lleguen a ser adultos sean incapaces de tomar decisiones importantes en su vida por si mismos.
Hay que tener la cabeza muy bien amueblada para hacer un uso adecuado de la televisión y si es posible evitarla mucho mejor.